Gracias a numerosos estudios
sabemos que las variables psicológicas intervienen en la respuesta del estrés. El
estrés no sólo puede desencadenarse por factores ambientales externos, sino que
existen variables psicológicas que pueden provocar y modular esta respuesta. Es
decir, cuando nos preocupamos activamos un sistema fisiológico que sirve para
responder a emergencias agudas de tipo físico. La respuesta fisiológica que le
damos a nuestros pensamientos puede ser tan intensa o agotadora como si
existiera una amenaza real. Por eso una respuesta de estrés puede activarse
ante la expectativa de que esa amenaza pueda producirse.
Entre las variables que modulan
el estrés destacan: salida de la frustración, apoyo social, capacidad de
predecir, creer que se tiene el control y la percepción de un empeoramiento de
las cosas.
En esta nueva entrada del Blog vamos a centrarnos en cómo
afecta la capacidad de predecir a la respuesta de estrés.
Predecir no hará que evitemos la
situación o agente estresante, pero nos permite saber de antemano cuándo algo
malo va a suceder. Y por ello
también nos permite saber cuándo algo malo no va a suceder, este es el momento
en el que podemos relajarnos. Además, predecir nos permite
poner en marcha nuestras estrategias de afrontamiento, que si bien como ya he
dicho antes no hará que desaparezca el agente, podremos intentar minimizar la
situación, podremos ejercer algún control y eso hará que nuestro estrés
disminuya.
Para poner en marcha estas
estrategias, la información proporcionada debe tener una serie de
características. Los estudios con animales indican
que dependiendo de la frecuencia e intensidad del agente estresante y del
momento en el que se reciba la información será más o menos útil:
- Si el agente estresante es muy poco habitual, algo por lo que no salmos preocuparnos, o muy frecuente, podemos predecir que va a ocurrir sin necesidad de un aviso, una información previa no sería muy útil. Sapolsky, entre los muchos ejemplos que nos ofrece, destaca el entrenamiento de los paracaidistas en el que según pasa el salto de ser novedoso a habitual su estrés anticipatorio se ve reducido al momento del salto.
- Si la información se proporciona justo antes de la aparición de la situación o agente estresante o si, por el contrario, la información se proporciona con muchísima antelación, no podemos usarla para poner en marcha estrategias de afrontamiento en esos plazos de tiempo.
- La información proporcionada debe ser precisa, si es vaga o incompleta sólo servirá para que cunda el pánico. Como en el caso de las alertas por terrorismo en el que la población sabe que hay un riesgo inminente pero no sabe qué va a pasar ni dónde.
Si fuésemos ratones de
laboratorio sería más sencillo, ya que a ellos les avisan mediante un sonido o
una luz o cualquier tipo de estímulo de que van a recibir una descarga. En nuestro
mundo los avisos son diferentes: “Metro de Madrid informa que por obras el
servicio se verá suspendido en un tiempo estimado de más de 15 minutos”, o visitas
al dentista en las que podemos oír frases tipo “esto no te dolerá nada, en
seguida habremos terminado”. En 15 minutos nos da tiempo a establecer una ruta
alternativa a nuestro destino. Y si el dentista en lugar de referirse a un
momento nos diera alguna clave temporal nos ayudaría para poder elegir qué
canción tararear en mi cabeza, por ejemplo.
Cada día enfrentarnos con
imprevistos que provocan reacciones en nuestro cuerpo y en la medida en la que
podamos reaccionar ante ellas poniendo en marcha nuestras estrategias de
afrontamiento harán menos estragos en nuestra salud. Para ello es recomendable
conocer cómo reaccionamos de forma individual ante situaciones y agentes
estresantes y generar un buen abanico de estrategias personales que nos
resulten útiles.
Os iremos dando ideas para que
podáis incorporar a vuestras estrategias en próximas entradas. Esperamos
vuestras opiniones.
Bibliografía: Sapolsky, R.,
Serrano, C. G., & Rodríguez, M. Á. C. (2008). ¿ Por qué las cebras no tienen
úlcera?: la guía del estrés. Alianza editorial.
A.P.B. Genial reflexión. Yo sufro estrés laboral debido a mi puesto de trabajo y es cierto que determinadas herramientas en momentos específicos me podrían ayudar a dosificar las dosis de estrés a las que estoy sometido. Es una lástima que tanto los agentes sociales, laborales, médicos, etc. no tengan conocimientos sobre el proceso que desarrolla el estrés. Si se tuviera en cuenta, como el ejemplo que pones de "Metro de Madrid", podrían ahorrar mucho sometimiento al estrés. Es necesario conocer este tipo de actuaciones, más incluso que muchas charlas de prevención de riesgos laborales que sólo valen para perder el tiempo. Os felicito por el blog, me parece sumamente interesante, sobre todo ahora que comienzo a prepararme una oposición para profesorado. Aprovecho para pedir algún tipo de entrada que esté relacionada con este mucho tan estrenaste como es la oposición al cuerpo de funcionario. Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias A.P.B por tus palabras. Mañana saldrá una entrada relacionada con las técnicas de estudio en general, aunque valoraremos para futuras entradas realizar una específica para opositores, ya que actualmente es un tema de interés. Un saludo. Equipo Psicosap.
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