Algunas áreas que se trabajan en terapia son: autoestima, empatía, cambiar el punto de vista, distinguir los hechos objetivos de las interpretaciones subjetivas, la importancia de escuchar a los demás para comprenderles...
Para ello, por lo menos en mi caso, en muchas ocasiones utilizo este cuento. La historia de caperucita roja contado desde el punto de vista de "EL MALO", es decir, del LOBO.
Puede que al leerlo comprendamos un poco mejor que cada uno actuamos por y para nosotros mismos, por aumentar los aspectos positivos en nuestra vida y evitar o rechazar aquellos que nos generan malestar. Todos nos protegemos, y de ahí, los mecanismos de defensa.
¿Qué pasaría si en lugar de escuchar la versión de caperucita roja le preguntáramos al lobo?
El bosque era mi hogar. Yo vivía ahí y me preocupaba por él, trataba de tenerlo cuidado y limpio.
Un día soleado mientras estaba limpiando basura que acampantes habían dejado, escuché pasos. Me escondí detrás del árbol y vi a una pequeña niña viniendo por el camino, trayendo una canasta
Sospeché de la pequeña niña a primera vista porque ella vestía muy lujosamente, toda de rojo y su cabeza estaba cubierta para que nadie supiese quién era. Naturalmente me detuve a observarla y le pregunté quién era, de dónde venía y todo eso. Ella me contó un cuento acerca de ir a la casa de su abuela, con la canasta del almuerzo. Parecía básicamente una persona honesta, pero ella estaba en MI bosque y con una apariencia sospechosa con ese extraño gorro encima; entonces decidí enseñarle cuán peligroso era atravesar el bosque vestida tan lujosamente. La dejé seguir su camino pero corrí rápido a la casa de la abuela. Cuando ví a la agradable señora le expliqué mi problema y ella acordó conmigo en que su nieta necesitaba aprender una lección. La señora anciana acordó quedarse afuera, en la sombra, hasta que yo la llamase, en realidad se quedó debajo de la cama. Cuando caperucita llegó yo la invité al dormitorio, pues yo estaba en la cama vestido como una abuela.
La chica entró con sus mejillas rosadas y dijo algo desagradable acerca de mis orejas. Yo había sido insultado antes y tratando de poner lo mejor de mi, sugerí que las orejas grandes servían para escucharla mejor; mi intención era decirle que yo quería escucharla y prestarle mucha atención a lo que estaba diciendo, pero ella dijo otra frase insultante acerca de mis ojos saltones. Ahora uds. pueden llegar a entender cómo me estaba sintiendo acerca de esa chica que parecía tan agradable pero que en realidad era una persona tan desagradable. Sin embargo, seguí con mi política de poner la otra mejilla, entonces le dije que los grandes ojos me servían para poder verla mejor a ella. Su siguiente insulto realmente me dolió. Yo siempre tuve problemas de tener grandes dientes y esta pequeña niña me insultó acerca de ellos. Yo sé que debí haberme controlado más pero bajé de la cama y le dije que mis dientes me ayudarían a comerla mejor.
Un día soleado mientras estaba limpiando basura que acampantes habían dejado, escuché pasos. Me escondí detrás del árbol y vi a una pequeña niña viniendo por el camino, trayendo una canasta
Sospeché de la pequeña niña a primera vista porque ella vestía muy lujosamente, toda de rojo y su cabeza estaba cubierta para que nadie supiese quién era. Naturalmente me detuve a observarla y le pregunté quién era, de dónde venía y todo eso. Ella me contó un cuento acerca de ir a la casa de su abuela, con la canasta del almuerzo. Parecía básicamente una persona honesta, pero ella estaba en MI bosque y con una apariencia sospechosa con ese extraño gorro encima; entonces decidí enseñarle cuán peligroso era atravesar el bosque vestida tan lujosamente. La dejé seguir su camino pero corrí rápido a la casa de la abuela. Cuando ví a la agradable señora le expliqué mi problema y ella acordó conmigo en que su nieta necesitaba aprender una lección. La señora anciana acordó quedarse afuera, en la sombra, hasta que yo la llamase, en realidad se quedó debajo de la cama. Cuando caperucita llegó yo la invité al dormitorio, pues yo estaba en la cama vestido como una abuela.
La chica entró con sus mejillas rosadas y dijo algo desagradable acerca de mis orejas. Yo había sido insultado antes y tratando de poner lo mejor de mi, sugerí que las orejas grandes servían para escucharla mejor; mi intención era decirle que yo quería escucharla y prestarle mucha atención a lo que estaba diciendo, pero ella dijo otra frase insultante acerca de mis ojos saltones. Ahora uds. pueden llegar a entender cómo me estaba sintiendo acerca de esa chica que parecía tan agradable pero que en realidad era una persona tan desagradable. Sin embargo, seguí con mi política de poner la otra mejilla, entonces le dije que los grandes ojos me servían para poder verla mejor a ella. Su siguiente insulto realmente me dolió. Yo siempre tuve problemas de tener grandes dientes y esta pequeña niña me insultó acerca de ellos. Yo sé que debí haberme controlado más pero bajé de la cama y le dije que mis dientes me ayudarían a comerla mejor.
Ahora, déjenme explicarles, ningún lobo podría comer nunca a una pequeña niña, todos sabemos esto, pero la Caperucita loca comenzó a correr alrededor de la casa gritando. Yo corría detrás de ella, tratando de calmarla, me había sacado la ropa de la abuela, pero esto lo único que hizo fue empeorar aún más la situación: se abrió la puerta y un enorme leñador estaba ahí con su hacha, mirándome, fue claro para mí ver que yo estaba en problemas y me fui por una ventana que había detrás de mí. Quisiera decirles que este fue el final pero la abuela nunca va a contar mi lado de la historia. Al poco tiempo se empezó a decir que yo era impulsivo y todos comenzaron a evitarme. No sé más acerca de la pequeña niña con su linda Caperucita Roja, pero yo, nunca más volví a ser feliz.
Como conclusión me gustaría acabar con una frase, o mejor un dicho.
"NI LOS BUENOS SON TAN BUENOS NI LOS MALOS TAN MALOS"
Todos hacemos cosas "buenas" y "malas" (entrecomillado porque de cada uno entiende por bueno o malo unas conductas o actitudes) por lo tanto es difícil calificar entre buenos y malos, no es tan sencillo como en las películas de héroes o villanos, o por lo menos tal y como nos las plantean.
Las personas que disfrutan simplemente por el dolor de los demás son los conocidos como "antisociales" o "psicópatas", el resto de las personas cuando hacemos daño a los demás muchas veces es por protegernos a nosotros mismos, y a veces incluso lo hacemos de forma automática e inconsciente, pro ejemplo: cuando descalificamos o insultamos en discusiones, lo hacemos porque nos sentimos atacados y necesitamos defendernos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario