viernes, 28 de abril de 2017

¿Qué nos impulsa a viajar?

La motivación es uno de los componentes más importantes que explican el comportamiento humano, como ya hemos comentado en entradas anteriores.

En el año 2015 se estimó que los residentes en España realizaron 37,7 millones de viajes en el cuarto trimestre. El 45,7% son visitas a familiares o amigos, el 37,4% viajes de ocio y el 10,3% por motivos profesionales. Un 91,5% de los viajes tienen como destino principal el territorio nacional y un 8,5% el extranjero. Por último, Atendiendo al motivo principal del viaje, el 45,7% son visitas a familiares o amigos, el 37,4% por motivo de ocio, recreo y vacaciones, el 10,3% viajes de negocios y otros motivos profesionales y el 6,6% por otros motivos.

Como podemos ver, visitar a familiar, congresos y asuntos de negocios, ir de compras, relajarse, descanso y tiempo libre pueden ser algunos de los motivos que nos lleven a viajar.

Pero, ¿qué nos impulsa a viajar?

Un viaje puede tener como propósito la huida del mundo cotidiano. Estaría originado por la necesidad de escapar del propio tiempo y del propio ambiente, desviarse con respecto a lo cotidiano. En el afán hacia lo nuevo reside el atractivo del viaje.

Otro motivo puede residir en el consumo ostentoso de experiencias. La necesidad del viaje podría definirse como comportamiento o una actitud que responde a determinadas expectativas de reconocimiento social. La intención del viaje sería pertenecer a un grupo de referencia o desligarse totalmente de él. Este motivo explica los destinos turísticos que se ponen de moda y cómo la gran mayoría de personas que de identifican con un grupo sienten la necesidad de realizar un viaje a ese destino.

El ímpetu por descubrir. En este caso viajar respondería a una necesidad elemental de la persona.
Viajar como forma de regeneración física y psicológica. En este caso el viaje consistiría en realizar una búsqueda de estimulación, relajación y desafíos. También existiría un deseo de distancia con respecto al entorno cotidiano o incluso con respecto a uno mismo. Se experimentarían otros modos de vida durante las vacaciones.

El viaje como peregrinación. El examinar y aprender durante el viaje se compara con la experiencia de la peregrinación Cada persona puede creer que hay determinados lugares que “deben” ser visitados durante su vida.


Una vez expuestos los principales motivos que nos llevan a viajar, ¿podrías identificar por qué viajas tú?


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