viernes, 21 de abril de 2017

La loca de los gatos



Cada vez son más las personas que deciden poner un animal doméstico en sus vidas. Si tú eres una de esas personas es probable que tu móvil esté lleno de fotos de tu animalito, que vayas hasta arriba de pelos a todas partes, que en tu coche haya juguetitos de perro, o que alguna vez te hayas comido alguna galleta por error o por probar a qué saben. Lo cierto es, a pesar de que muchas personas piensen que “solo te quieren porque les das comida” existen numerosos estudios alrededor de esta cuestión. Y podemos decir con seguridad es que los animales de compañía generan un bienestar en la vida de aquellos que los rodean.

¿Qué beneficios aporta un animal de compañía?

Se ha aceptado la inclusión de animales como elementos terapéuticos. La Terapia Asistida con Animales hace referencia a “los métodos que incluyen a los animales en la prevención y el tratamiento de las patologías humanas, tanto físicas como psíquicas” (Vallejo, 2006). También se define como “la introducción de un animal dentro del entorno inmediato de un individuo o grupo, o como un intermediario de interacción con un propósito terapéutico” (Velde, Cripriani y Fisher, 2005). La terapia asistida con animales incluye equinoterapia, la delfinoterapia y la terapia promovida por perros de servicio, de asistencia y de guía. Se han utilizado con éxito programas para: pacientes con SIDA, enfermedad de Alzheimer, enfermedades coronarias, autismo y otros trastornos psicológicos; además de incluirse en centros para la tercera edad, prisiones y hospitales.

Tener mascota constituye es un factor protector para las enfermedades cardiovasculares ya que puede modificar varios factores de riesgo: disminuyendo la presión arterial, reduciendo la frecuencia cardíaca, la ansiedad y el estrés por soledad además de liberar endorfinas al acariciar a las mascotas

Los dueños de perros tienen una mayor actividad física en comparación con aquellos que no los tienen, y como consecuencia tienen en general una mejor salud.

Estudios recientes han concluido que tener un perro o gato como mascota durante los primeros años de vida es un factor protector contra enfermedades alérgicas como asma, atopia o rinitis.

Las mascotas ayudan a disminuir las alteraciones psicológicas. Reducen la sensación de soledad e incrementan el sentimiento de intimidad, ayudando así a incrementar el autocuidado en el caso de personas enfermas. Además, en estados de depresión, estrés, duelo y aislamiento social, las mascotas se convierten en un acompañamiento incondicional, aumentando la autoestima y el sentido de responsabilidad. Y Promueve la interacción entre personas desconocidas.

En definitiva, los acerca a nuestra mejor versión.

Y para finalizar os dejamos este precioso texto que resume todo lo que os acabamos de contar:

Sólo un perro

De vez en cuando la gente me dice “relájate, es sólo un perro” o “es un montón de dinero sólo por un perro”. Ellos no comprenden la distancia recorrida, el tiempo invertido o los costos incurridos por “sólo un perro”. Algunos de mis momentos de mayor orgullo han ocurrido con “sólo un perro”. Muchas horas han pasado siendo mi única compañía “sólo un perro”, pero ni por un sólo instante me sentí despreciado. Algunos de mis momentos más tristes han sido por “sólo un perro”, y en esos días grises, el suave toque de “sólo un perro” me dio el confort y la razón para superar el día.
Si tú también piensas “es sólo un perro”, entonces probablemente entenderás frases como “sólo un amigo”, “sólo un amanecer” o “sólo una promesa”. “Sólo un perro” trae a mi vida la esencia misma de la amistad, la confianza y la alegría pura y desenfrenada. “Sólo un perro” saca a relucir la compasión y paciencia que hacen de mí una mejor persona.
Por “sólo un perro” me levantaré temprano, haré largas caminatas y miraré con ansias el futuro. Así que para mí y para gente como yo, no es “sólo un perro”, sino una encarnación de todas las esperanzas y los sueños del futuro, los recuerdos del pasado, y la absoluta alegría del momento. “Sólo un perro” saca lo bueno en mí y desvía mis pensamientos lejos de mí mismo y de las preocupaciones diarias.
Espero que algún día puedan entender que no es “sólo un perro”, sino aquello que me da humanidad y evita que yo sea “sólo un humano”. Así que la próxima vez que escuches la frase “sólo un perro”, simplemente sonríe porque ellos “simplemente no comprenden”.
Richard A. Biby


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