Cuando oímos hablar de polígrafos, asociamos esta máquina a
la detección de mentiras, ¿quién no ha querido saber alguna vez si lo que le decía
alguien realmente era así o le estaba mintiendo? Así presentado podría parecer
la herramienta ideal, incluso querríamos poder llevar una en el bolsillo para
cualquier ocasión.
Ahora bien, ¿Alguna vez te has preguntado cómo funcionan los
polígrafos? O ¿en qué tipo de contextos se suele utilizar?
Según
la RAE, polígrafo se definiría como:
Aparato que registra gráficamente la medición simultánea de varias constantes psicosomáticas, como el pulso, el ritmo cardíaco, etc., y que se utiliza para contrastar la veracidad de un testimonio.
Foto de Wikihow
Para explicar con más detenimiento cómo funciona lo
fundamental es saber que se basa en detectar cambios fisiológicos, es decir,
cambios en:
·
Respiración, teniendo en cuenta tanto la
profundidad como la frecuencia. Una respiración superficial y de mayor
frecuencia, lo que correspondería a más inspiraciones que recogen una menor
cantidad de aire, respirando principalmente con la zona del pecho. Este tipo de
respiración tiene lugar cuando estamos tensos o nerviosos, mientras que una respiración
más profunda (respirando con el diafragma, situado entre el ombligo y el final
de las costillas) y con menso frecuencia (menos inspiraciones por minuto) se
relaciona con un estado de tranquilidad.
·
Presión arterial, que se mide a partir de la
actividad cardiaca, el llamado pulso o número de latidos por minuto. A más
pulsaciones por minuto más activado está nuestro organismo y muestra
nerviosismo.
·
Sudoración. Cuando sudamos más es porque estamos
más activos y nerviosos.
Esto explica por qué los sensores del polígrafo se colocan
en el tórax (respiración), brazo (presión arterial) y los dedos de las manos (sudoración).
¿Qué relación tienen estos indicadores con la mentira?
Directamente ninguna, de ahí que los polígrafos no sean 100%
fiables. Estos indicadores lo que muestran son cambios fisiológicos que normalmente
están asociados a ciertas emociones como miedo, rabia o culpa, aunque también
podría ser nervios por los resultados que dé el polígrafo o por estar en un
ambiente hostil (por ejemplo una sala de interrogatorios de una comisaria).
Normalmente se le hacen unas preguntas iniciales para
establecer en esa persona en concreto que respuestas fisiológicas se ven ante
la verdad o la mentira (por ejemplo: ¿Cómo te llamas?), y ver si dichos cambios corporales se observan en
alguna de las respuestas a preguntas que pueden ser comprometidas o delatantes
para la persona.
¿En qué contextos se sigue utilizando?
En tres contextos: en investigación criminal, seguridad o
selección de personal. Aunque no sea fiable, el mero hecho de conectar a una
persona a un polígrafo nos suele permitir observar su conducta, aspecto que es
muy útil en investigaciones y procesos de selección. En ambientes más
informales se puede ver que utilizan polígrafos en programas de televisión o
películas.
¿Se puede engañar al polígrafo?
Si, se puede entrenar a alguien para engañar a un polígrafo enseñándole
a manejar sus emociones y por tanto las respuestas fisiológicas que estás
provocan.
Hasta aquí las curiosidades sobre el polígrafo, un chasco
que no sea del todo eficaz, y el saber esto ayuda a reflexionar sobre cuántos
inocentes habrán sido condenados cuando este instrumento se utilizaba como
prueba en los juicios, y si realmente hay un método que realmente detecte las
mentiras.
Un saludo y pasad buena tarde!
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