Ya es viernes. Puede que lleves
toda la semana esperando el fin de semana. Y lo que esperas de verdad son las
vacaciones de Semana Santa. Porque llevas un mes haciendo planes. Preparando
todas esas cosas que te gustaría hacer pero que no puedes porque tienes otras
cosas más urgentes que hacer. Vamos cumpliendo objetivos y etapas vitales. Y
trabajamos mucho para tener unos días de descanso al año en los que poder
invertir el tiempo en hacer algo que realmente nos guste.
¿Cómo es eso posible?
La automotivación tiene la
capacidad de mantener nuestro ánimo, hacernos perseverar y mantener el
optimismo que haga posible que alcancemos nuestras metas. Es el motor de
nuestras vidas. Es importante que encontremos los motivos para mantenernos
activos para seguir ilusionados con nuestro proyecto de vida. No todos tenemos los
mismos motivos que nos impulsan. Lo más importante es saber seleccionarlos y
priorizarlos para que nos mantengan en la dirección en la que queremos seguir y poder desarrollarlos cada día. Para
poder distinguir estos motivos podemos hacernos algunas preguntas: ¿qué sentido
quiero dar a mi vida?, ¿qué cosas me hacen sentir bien?, ¿qué motivos de felicidad
tengo?, ¿qué aspectos de mí mismo puedo desarrollar?, o, ¿qué me proporcionar
equilibrio y qué me desequilibra?, entre otras. Puede que no podamos responder
a todas en un primer momento, o que existan contradicciones, pero el mero hecho
de pensar en ello es tan importante como ser capaces de responderlas. Tener la
capacidad de elegir y querer desarrollarnos a nosotros mismos forma parte de la
alegría de vivir y es el camino para poder alcanzar esa alegría.
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